Memorias del Festival Pliegues y Despliegues 7

Para la séptima versión de Pliegues y Despliegues, la Red de Artes Vivas contempló un proceso de mediación, cuyo fin tuvo acercar prácticas de reflexión, discusión y creación conjunta entre públicos, artistas locales seleccionados, y artistas internacionales invitados, con el soporte del Programa de Apoyos Concertados de la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte 2023.

Dentro de la programación del Festival, se realizaron dos Laboratorios de creación, un Taller, una Conferencia performativa, una Actividad de Mediación y cuatro Encuentros de conversación y pensamiento.

El director brasilero, Gustavo Ciríaco dirigió el Laboratorio Paisaje en Línea con estudiantes y egresados de la Maestría Interdisciplinar en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional de Colombia.  El Laboratorio finalizó con tres presentaciones como parte de la programación de obras internacionales. Rodolfo Opazo dirigió el Laboratorio Nebular, junto con las artistas Vera Garat y Tamara Gómez, quienes compartieron un proceso de exploración y creación corporal y escénica y que ellos denominan como danza contemporánea en Uruguay, el cual vienen realizando desde hace varios años.

El artista argentino Iván Haidar realizó un Taller denominado C.T.R. Composición en tiempo real, dirigido a artistas y estudiantes locales, compartiendo metodologías abiertas de creación, como las que le permitieron la realización de la obra No estoy solo, la cual hizo parte de la programación del Festival.

Durante la Jornada de performance realizada en la Biblioteca Virgilio Barco, se realizaron dos actividades de mediación: una Conferencia performativa, que estuvo a cargo de la artista colombiana Luisa Roa “Resonancias de un mundo humano no humano” parte de su investigación de doctorado; y una Actividad de mediación que partió desde la curaduría de Ecologías en Escena.

Durante las funciones realizadas en el teatro R101, antes de cada presentación, durante una hora en cuatro días se realizaron los Encuentros de Conversación y pensamiento, en las cuales se convocó a público y artistas.

Oráculo y memorias

Con el fin de provocar diversidad de lenguajes y como parte de indagación atravesada por las ecologías en escena y una experiencia de pandemia aún por tramitar y digerir socialmente, la Mediación del festival propone un ejercicio de reflexión que busca situar al espectador y provocar asociaciones inesperadas entre su experiencia con las obras del festival y el presente.

Para ello se abordó la posición de la Luna, como un cuerpo celeste que definitivamente determina múltiples maneras de sentir y ver la realidad. El Festival transitó en dos fases lunares, comenzando en luna negra el 14 de septiembre y finalizando en cuarto creciente, el 22 de septiembre. 

Sistémicamente la luna negra o nueva, hace que las aguas estén en un plano subterráneo. Se acostumbra poner semillas en esta fase, reconociendo que la tierra está abonada y que es un momento simultáneo de fin y apertura a nuevos ciclos de siembra. Simbólicamente, para el Festival, fue comenzar, celebrar y retomar los deseos que quedaron truncados por la pandemia en 2020. 

La propuesta de Mediación diseñó unas cartas que funcionan como oráculo y también como memoria social. Oráculo por que por azar cada persona podría elegir cualquiera de 16 combinaciones diferentes y memoria social por que las cartas estarían dispuestas para que las y los participantes pudieran expresar sus vivencias y pensamientos a través de escritura o dibujo. 

Además de cuatro fases lunares: luna negra, creciente, llena y menguante, las cartas incluyen los signos de virgo y acuario, como cuatro elementos de la naturaleza: agua, tierra, aire y fuego.

«Esto es la primera experiencia y justo lo primero que me toca es la conversación sobre el quehacer de personas que trabajan con el cuerpo. Algún llamado de la tierra será… quizás algo de él;  cómo la luna negra se oculta en mí. Me debato entre pensar el cuerpo por lo que dicen los demás o volver a poner las ideas sobre la tierra de mi propio quehacer. Las pantallas, el tiempo, los videos, menos el cuerpo. Creo que es la tendencia de ese espíritu virginiano que me arrastra a reivindicar mis propias ideas. Algún llamado de la tierra será… esta es la primera experiencia y nada de lo que acabo de escuchar tiene que ver con lo que venía haciendo unas horas antes.»  

Oráculo de espectadorx, durante Encuentro de Conversación y pensamiento, septiembre de 2023.

Como parte de los temas que surgieron en los Encuentros de Conversación y Pensamiento, el cuerpo y la ecología fueron ejes que llevaron incluso a preguntarnos sobre la sostenibilidad económica de artistas. Las resonancias latinoamericanas se hicieron evidentes, en la medida de que los sistemas institucionales, educativos, y culturales siguen siendo espacios sostenidos más por la convicción y deseo por trascender una experiencia, un pensamiento y una creación, que por políticas culturales o financieras. 

Sostiene la esperanza, por una expansión conjunta de la conciencia, más allá de capitales, o de la infraestructura educativa o de las artes mismas con espacios de divulgación.

Ecologías en escena deja una reflexión, pero sobre todo contagia ese llamado a la tierra. una sostenibilidad de la vida, que no necesariamente se traduce a números o a billetes, o a becas, sino a encuentros, a compartires, a la necesidad por comunicarnos y entendernos mejor, por cuidar y respetar la otredad, así eso implique incomodarle, provocar el disconfort de la vida moderna.

Sostenibilidad convocada en oráculos, como una ficción que guía y hace llamados al cuerpo y al sentir.

Oscar Cortés Arenas

Coordinador General de Mediación Red de Artes Vivas octubre de 2023